
Pues ¡¡¡ que gran verdad ¡!! acertasteis.
A las 11,30 h., de esa mañana, el árbitro a petición de los delegados de los clubs contendientes, tomó la decisión de suspender el partido de la regional preferente, jugadores cuya edad oscila entre los 19 y 35 años, que entre el Abanto y el Umore Ona de Usánsolo, iba a disputarse.
La causa: que no había energía eléctrica.
Y me preguntaba, ¡¡ que mas da si vamos a jugar de día ¡!
Uno de los efectos, QUE NO HABÍA AGUA CALIENTE.
¡¡ Ene ama ¡!, si Zarra levantase la cabeza.
Recordé mis juveniles años, cuando en el campo de Artxanda, y a las 9 de la mañana, con barro hasta las rodillas, tras acabar el partido, íbamos a la sana y reconfortante ducha de agua helada, que no fría.
Tras la cual volvíamos andando a casa, no sin antes apañarnos de unas manzanitas, o lo que madurase en la correspondiente época del año.
Pero, claro está, ahora estamos en el Estado de derecho, en la sociedad de la información, en la de la globalización, en la crisis, en la guerra y paz, pero no la Tolstoi, en los cuales prima la llamada CALIDAD DE VIDA.
¡¡ Toda mi honra y tesoro, por una buena calidad de vida ¡!.
Claro está, que como los angelitos soplen u orinen, un poco mas de lo normal, nos damos cuenta que esa llamada calidad, conlleva a una dependencia de los productos resultantes de la manipulación de las materias primas.
Caos social, colas en las panaderías, frío en el hogar, no se pueden ordeñar las vacas, no hay TV, bares cerrados versus hígados agradecidos, sociedad paralizada versus individuo insatisfecho, ……. etc.
Necesito esto, lo otro y lo de mas allá, sino se me va la vida, por su falta de calidad.
Luego los sicólogos y siquiatras, hacen el Agosto.
Las consultas llenas, unos porque para no le ha comprado el coche, otro por que se fue la luz y no podía jugar a la play, ……… supuesto útiles que llevan a alcanzar una mejor calidad de vida. ¿¿¿ o no ¿?
Concluyo y pregunto ¿¿ Hasta que punto necesitamos de ciertas cosas para tener una mayor calidad de vida ¿??