
Ya, ya sé que todos los medios os enseñarán los cristales rotos y los cascotes, pero yo prefiero que veáis lo que permanece intacto. Tres horas después del susto, la mayor parte de los trabajadores de EITB estábamos en nuestra redacción -en general, bastante bien parada- cerrando entrevistas, editando audios, comentando contenidos... O sea, lo de todos y cada uno de los días. Y ETA, se ponga como se ponga, no es más que un puñetero uñero de nuestra actualidad, una insistente mosca cojonera que asesina -oh, sí-, y además aburre a las ovejas.
Mi mensaje: lo destruido es una nimiedad al lado de lo que permanece en pie. Y aquí ya no hablo sólo de lo material, sino de lo personal. Esa parte ha salido, si cabe, más reforzada aún. Creo que todo lo que ha conseguido ETA, daños materiales y susto de nuestra familia y amigos aparte, es que una compañera que iba a dejar de fumar aplace su decisión. Lo demás no se mueve. Seguimos tan dispuestos como siempre a no dejarnos salvar por un puñado de mentecatos que no distinguirían ni con diez cursillos la libertad del pueblo vasco de una onza de chocolate.
Sé que seguirán insistiendo, con su tozudez paleta de chulo de la clase sin medio gramo de cerebro, y no descarto que, en una de esas, tengamos que lamentar algo más que unas toneladas de escombros. Pero eso no me detiene, ni me acojona, ni me hace pensarme dos veces decir en voz alta lo que tengo claro. Ni, por supuesto, me hace mirar para otro lado. Y sé que no soy el único.
Urte berri on a todas y todos de parte del MQP Team. Perdonad que no haya podido contestar a todas las llamadas, mensajes, emails... pero habría necesitado treinta manos.
¡Nos escuchamos en 2009!