El secreto

Este post va a ser muy sencillo. Como un regalo que cualquiera se merece. Aquí puesto para que nadie se sienta extraño, sin hueco, sin espacio, pensando que no tiene lugar y mejor se marcha. Será que hemos creado una sociedad donde muchos pierden el tiempo obsesionados con protegerse y aparentar, marcar distancias y diferencias, hacerse a cada segundo de respiración un mundo a su medida... y se lo pierde todo.

Pero se cosecha lo que siembras. Así que atentos todos/as a la semilla que vamos dejando y seamos inteligentes, verdaderamente inteligentes. Hay inteligencias bien pagadas pero acumulando día tras día deuda de esterilidad e inutilidad con lo que debería estar sirviendo, para lo que cada uno nació y morirá, que entiendo que muchos nos lo metamos en el bolsillo, bien oculta, para que a otros les resulte difícil o pocos puedan descubrir el auténtico valor de la vida, el secreto de la felicidad que no está en la fórmula del oro, ni en la fuerza ni en el poder; crece hacia abajo y no sola, contigo abajándose hasta tocar tierra.

Y sabemos de ese humanismo de miles de maneras que se acerca a nuestra vida, es una sorpresa que olvidamos al instante por que nos toca, nos hace recordar, nos emociona, nos impulsa, y vuelve a su ser original, a darnos protagonismo y libertad, que es lo que somos, para emprender de nuevo como queramos el camino. Algunos lo hacen sin excusas, sin disculpas y otros aún siguen olvidando. Es fácil distinguirlo, los descubre el corazón más que la mente.

Y ahora lo empequeñezco más, lo hago más niño. Cuando alguien me pregunta por mi sonrisa, por qué ahí y de dónde viene, le explico transparentemente lo que vivo: que hago lo que debo pero que nadie me debe nada por ello; que lo que he dado, la vida me lo devuelve al por mayor sin haber pedido nada a cambio, que lo doy todo por que nunca me he quedado sin nada y que no entiendo otra manera de vivirme que no sea preocuparme y ocuparme por cómo vives tú. Y después, sonríe conmigo.

Y ahora lo vuelvo adulto, al día a día. Me sostengo por la ayuda de lo que sembré y los mismos que ayudé y los nuevos que me ha traído la vida, hoy me ayudáis de muchas maneras por que sí, por que me queréis, no a ninguna otra sino a mi misma, ¡qué suerte la mía!.

Sigo haciendo, sin dejar de poner en el centro a cada persona, lo que me toca y la vida más desnuda, más verdadera, creciendo hacia abajo, sigue avanzando para mi sorpresa y va tomando forma nueva, distinta, mejor aún. Lo que dejé se ha quedado en paz, aunque algunos continúen en sus luchas, su tortuoso camino hacia lo que es sencillo, evidente, cristalino para quienes más me importan.

Vivo sabiéndome entera quién soy y me respondo aprendiendo con tantos/as que no presto demasiada atención a lo mucho que se dice dentro y fuera. Vivo con lo mínimo, lo menos de lo menos, pero como siempre ha pasado, lo suficiente ya para hoy e incluso con soluciones a futuro, tan de todos y tan iguales que me hacen tan feliz, que ninguno se lo imagina.

Así que llorando o sonriendo, por que la felicidad, si no te equivocas, es lo que tiene, vivo y libre decido hasta tocar lo imposible y nos transformamos juntas, ella y yo, en secreto, para la vida.

Y poco más puedo decir. Tú mira y no dejes de mirar hasta recordarlo todo, avanza a tu paso sin complejos, desde ti. Y no olvides nunca de probar sin miedo y por si acaso, tus palabras, las de otros y las mías.

El secreto

está en ti y es tuyo

y tú,

niño o niña,

hoy te toca,

Ahora

tú

la llevas.