No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.(Marcus Fabis Quintiliano)

Perfiles

| 6.8.11

Tejía durante horas y cuando estaba a punto de llegar al final, soltaba de un tirón aquellas cadenetas moradas y volvía poco a poco a formar otra vez la madeja del ovillo. Cuando el meloncito estaba hecho, con gran parsimonia cogía sus afiladas agujas con corchos en los extremos, y volvía a tejer con la misma ilusión del principio.Y así se pasó días y días de 20 años, en la sala de espera del P.Bergerac, donde la conocí.Le llevaron a su hija recien nacida,lejos de ella, luego el Hospital hizo el resto.Aquel pueblo malformado, no estaba preparado para tanta belleza.

2 comentarios:

Txolarte dijo...

Que triste y que cercano.

¡Pero no es Geminguei!


Salud

sonia dijo...

Sí, es triste. Aquella mujer y tantas otras vivían en Vauclaire un Hospital Psiquiatrico en Montpon-Menesterol.
también llegó allí una valencina, que trabajó en un Circo.
Pero como se suele decir, es otra historia.
Un beso Txolarte.