No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.(Marcus Fabis Quintiliano)

Conquistadores

| 12.11.10

Publicado en PLoS One, este trabajo revela por primera vez la presencia de tifus en Europa a principios del siglo XVIII y da más peso a la hipótesis de que esta enfermedad podría haber sido importada a Europa por los conquistadores españoles que regresaban de América.

Entre 1710 y 1712, mientras Luis XIV estaba librando una guerra con el resto de Europa por la sucesión española, la ciudad de Douai, en el norte de Francia fue sitiada en varias ocasiones. En 1981, durante unos trabajos de construcción de inmuebles, fosas comunes de aquella época fueron descubiertas en la ciudad.

Los esqueletos fueron sometidos a estudios de paleomicrobiologia, bajo la dirección del investigador del CNRS Didier Raoult, y la forma en que fueron encontrados en las fosas comunes y la ausencia de las lesiones físicas causadas por armas apuntó como causa de muerte a una epidemia, posiblemente más letal que las batallas que tuvieron lugar durante el asedio de Douai. El análisis de biología molecular permitió al equipo identificar el agente patógeno responsable de la epidemia.

Utilizando ADN extraído de la pulpa dental, los científicos identificaron el ADN de la bacteria responsable de la fiebre de las trincheras (Bartonella quintana) y sobre todo del tifus (Rickettsia prowazekii). Esta es la primera demostración de la presencia en Europa del agente patógeno del tifus.

El mismo equipo ya había revelado la presencia de estos microorganismos un siglo después en los ejércitos napoleónicos. La determinación del genotipo de Rickettsia prowazekii demuestra que es la misma bacteria que más tarde se convirtió en moneda corriente en España, lo que apoya la hipótesis de que el tifus fue importado a Europa por los conquistadores españoles a principios del siglo XVIII.

1 comentarios:

furun dijo...

Pues yo estaba convencido de que fueron los españoles los que llevaron allí un montón de piaspas y miasmas.

Bueno, Sonia, no está mal, nosotros los matamos con nuestras porquerias y ellos se vengaron dándonos el tifus.

Y Luis XIV con lo marrano que era, seguro que lo que menos le importaba era el tifus. Sus enfermedades serían las relacionadas con el pecado carnal que diría Beneditto.