No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.(Marcus Fabis Quintiliano)

Un concepto a debatir

| 3.11.08


En mi época de practicante acérrimo de fisioculturismo compraba muchas revistas del ramo. En una de ellas leí un reportaje que me impactó, porque inauguraba en mi cabeza un concepto nuevo. Era la historia de un culturista canadiense, con un físico impresionante, un historial de victorias en competiciones menores y potencial para ganar incluso en competiciones internacionales. Sin embargo, no estaba logrando los éxitos pronosticados ya que no conseguía el punto adecuado de competición y, en una reveladora entrevista, el tipo contaba la razón: Cuando se acercaba la fecha de competición, tras llevar unos meses de dieta estricta, se la saltaba dándose numerosos atracones de comida basura, su nivel de grasa corporal aumentaba, y clasificaba mal. Lo había estado haciendo durante un par de años hasta que pidió ayuda psicológica y un especialista le dijo que tenía "Miedo al éxito". Que se autosaboteaba inconscientemente para no ganar. Para no tener que enfrentar la responsabilidad que deriva del triunfo... ¡Miedo al éxito! Me quedé estupefacto. Un tipo cuya principal ocupación era la de ganar competiciones y tenía miedo al éxito...

¿Conocíais este concepto? ¿Lo creéis real? ¿Lo habéis percibido en alguien o en vosotros mismos?
Hay incluso quien se pone más radical y dice que todo aquel que no alcanza el éxito es, precisamente, porque le tiene miedo...
¡Hala, ahí dejo tema y preguntas para debatir! Si es que no os da miedo, claro...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sinceramente, yo es uno de los pocos miedos que nunca he tenido. Seguramente porque nunca me he cruzado ni de cerca con el señor éxito como para sentirme asustada, en general frecuento otros ambientes mucho más cercanos a los perdedores.
Pero claro, todo depende de lo que se entienda por éxito, palabro que en el contexto de la historia del musculitos zampabollos tiene toda la pinta de estar rodeado de competitividad, de aplausos y esas cosas. Tener éxito, implica que te lo conceda alguien, en general la mayoría, y lo entiendo como algo distinto al reconocimiento propio o ajeno sin acompañamiento de fuegos artificiales.
Por otro lado, eso de que el que no alcanza el éxito es porque le tiene miedo, suena a yankilandia total: “igualdad de oportunidades para todo dios, y quien no llega arriba es porque es tonto del culo…..”
No me creo nada, Kanif. ¿Cómo se explica que tengan éxito los cagamandurrias de operación triunfo, mientras un montón de músicos (ya no digo ni buenos, simplemente músicos) no se comen un rosco?
Pues eso, que ahora que lo pienso me daría miedo tener éxito, si así fuera creo que algo estaría haciendo muy mal.

sonia dijo...

Creo que fue Freud quién decía que en todo vasco y vasca había dos pulsiones: una de vida y otra de muerte. También se explicaba así, esa machacona tendencia al fracaso y a repetir conductas que siempre salen mal, una y otra vez.
Pero aparte esas enjundiosas y difíciles metapsiquícas, yo creo que es porque no quería en realidad conseguir aquello, no?
Un cierto autocastigo, un masoquismo...que quizá le haría muy grata su existencia..
Pero ¿para tener miedo al exito no se debe primero conseguir?
Eso también pasa, después de alcanzar la meta va un vasco o vasca y se deprime, y cae al pozo más profundo.

No sé..
Más o menos..

Estoy recordando al medallero aquel de este años, que decían que era un atleta atípico que se jamaba no sé cuánta comida basura, y luego corría y les dejaba a todos atrás..

Aveces la comida basura, da mejores efectos.

Anónimo dijo...

Creo que hay que matizar el concepto de éxito. Una cosa es lo "lo que todo el mundo entiende por éxito" y otra muy distinta, "lo que el interesado o la interesada entienden por éxito".
Ya. Ya sé que la mayor parte de las veces coincide, porque los caza-éxitos van en busca de su oropel a cualquier precio.
Otros cifran el éxito en algo diferente. Puede que les pongan la medalla de oro, los saquen a hombros, les pongan una calle... pero no se sentirán triunfadores, porque buscaban otra cosa.
¿Se autosabotean esos? Supongo que sí, pero digo yo que lo harán de una forma más consciente que poniéndose ciegos de hamburguesas.
Conste que no soy extra-fan de Oteiza, pero me gustan algunas de sus frases, y hasta me las aplico. Esta, por ejemplo: No malogres tu carrera de perdedor con un éxito de mierda."

MiKeL dijo...

Hay una frase por ahi:
"El éxito consiste en alcanzar lo que se desea; la felicidad en desear lo que se alcanza". Umm, no está mal.

Lo del miedo al éxito tampoco es algo que me haya rozado ni de lejos pero sí he visto iniciativas e incluso personas que han "muerto" de éxito. No hablo aquí de morir de forma literal, sino que tuvieron éxito durante un tiempo (ese de oropel y muchas horas de atención de los medios) y luego desaparecieron del mapa.

Morir de éxito es algo que se da en Occidente, casi igual que el miedo a él, entre otras cosas porque a veces los que lo buscan están tan cegados por él que no se dan cuenta que lo han dejado atrás, y buscan un nuevo éxito un poco más allá.

Pero una VUELTA de tuerca más: ¿no será ese miedo al éxito una especie de miedo al fracaso solapado? ¿No será que el pollo ese de los anabolizantes a lo que de verdad temía era a que ya en la competición apareciese uno mejor que él? ¿No sera una vulgar excusa para no trabajar por un programa, un libro, un soldadito, una clase, un diagnóstico exitosos?

PS: Ah, y los grandes clases del deporte por ejemplo, suelen darle todas las mañanas una paliza a la modestia y salen de casa creyendo que si ellos se constipan, el mundo estornuda, o sea, que parece que el engreimiento va parejo al éxito.

jose.etxeberria dijo...

Sí, yo estoy con la definición de éxito como alcanzar lo que uno desea.
Y, si nos metemos en el ámbito de la competición, eso implica imponerse sobre los demás. Yo sostengo la teoría de que hay gente a la que no le gusta, o no nació, para imponerse sobre los demás, y a esos el éxito competitivo no les estimula, o les repugna tanto que terminan abandonando. Claro que es muy difícil de saber si es que no les importa ganar o, en realidad, lo que tienen miedo al fracaso, que esa sería otra condición. Eso lo guarda cada uno en su interior. A mí lo que me sorprendió es que un tipo compita no deseando ganar. Claro que hay gente que se ve presionada por el entorno y acaba donde no quiere...

Yo, personalmente, todas las veces que he competido y he ido viendo que iba a ganar muy fácil me he ablandado, he incluso me he dejado vencer, pues no es la victoria lo que me estimula, sino el juego interesante.
Y me repugnan y atraen al mismo tiempo esos tipos insaciables que siempre desean ganar, nunca tienen suficiente y no cejan en su empeño de acumular triunfos y bienes. Yo los llamaría "egoístas puros" Son fascinantes. ¡Lo ven todo tan claro! Yo creo que es genético.

Por si alguien dudaba de la historia, el culturista que citaba existe, se llama John Siembida, llegó a participar en alguna competición internacional relevante, pero no consiguió la victoria y ha pasado al olvido. Posiblemente regentará algún gimnasio en Canadá y seguro que está tranquilo y feliz.

¡Hay que ver la excusa que me he buscado para poner una foto de fisioculturismo ;-)!

jose.etxeberria dijo...

Ha sido difícil, pero he encontrado una foto.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, Kanif... aunque, como siempre, con mis matices.
Nos hacemos muchas trampas con lo del éxito. Todos decimos que el auténtico es estar a gusto con uno mismo y bla, bla, bla, pero cuando vemos a alguien que busca eso, tardamos dos segundos en dudar de sus propósitos y en decir que es porque tiene miedo a competir, no se atreve, es un mingafría o que si confiara de verdad en sus posibilidades no pensaría igual.

A mi me pasa como a ti: me repugna profundamente la competición. El problema es que todo Dios decide meternos, queramos o no, en competiciones. Al final, te ves obligado a ganar una carrera para que vean que también sabes competir. Luego, te retiras, pensando que te dejarán en paz... pero continúan tocándote las pelotas: está acabado, fue chamba, no quiere la revancha...
Y un problema mayor es que los competitivos son (con cuatro excepciones) tramposos y pésimos perdedores.
Pocas cosas desgastan más que tener cerca uno de esos que piensa que todo es una carrera en la que, para más huevos, vale todo.
Son comportamientos que empiezan en el jardín de infancia y terminan en el crematorio. Y la cosa va a peor. Cuando los compañeros más jóvenes me cuentan cómo se putean entre sí alumnos universitarios, me entran ganas de dimitir de la especie humana.

javi dijo...

Creo que no se tiene miedo al éxito, a lo que se tiene miedo es a enfrentarse a la fama que te da el éxito. Por muy diferentes motivos, porque te considerás con un déficit de expresión, introvertido, solitarios, etc ....
Yo viví una vez el éxito y la verdad, recuerdo que estaba con el pavo subido, en aquel momento era el tio mas, vamos a llamarle pomposo de la tierra.
¡¡¡ Mikel fue en un partido de futbol contra el Sevilla F.C. !!!!

Moli dijo...

Miedos, inseguridades, defensas, imagen etc.= falta de libertad. Mejor una sana indiferencia ante los demás y uno mismo.