No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.(Marcus Fabis Quintiliano)

Hasta luego “primo” que llega la Navidad.

| 17.11.08
Hace unos días una amiga con mala leche y que es de los nuestros solo lateralmente, como dice ella, me comunicó con cierto cachondeo que había salido al mercado una mascota mecánica para niños que era un tricetatops. Parece tan tierno con esos ojitos sacados de alguna serie de dibujos animados de mi infancia que olvidé mi primera reacción de mentar a la familia de la del cachondeo. Después empecé a pensar en su precio, 350 “euracos” me dicen que cuesta el engendro (a que se nota que vuelve a cambiar el sentimiento).

Liado con mis cosas y sin dejar de pensar en el bicho, recordé que la Navidad estaba encima, que ya llegaban los Santas Clauses, los Papas Noeles, los Reyes Magos, los Grinchs o como leches se llamen y que había que empezar a hacer examen y no precisamente de conciencia, que también. El examen que todos los años hago por éstas fechas es contable, ¿me llegará para tanto regalo?, ¿podré dejar algo “pa” la cuesta de enero después de las pantagruélicas comidas, cenas y demases?, ¿y la lotería qué?, ¿”pa” cuándo la extraordinaria jefe?, ¿cómo se comportará la crisis?, juer y encima es mi aniversario de boda (ésta es otra SOS),…

Pasadas tan “entrañables” fechas, un nuevo análisis, esta vez sin examen para no suspender; el ritual es siempre el mismo: observo los regalos amontonados en un rincón, pienso que la lotería pasó otra vez de largo repasando los taitantos décimos y las tropecientas participaciones (salud que “haiga”) y mientras consumo otro sobrecito de almax por los estragos de las últimas cenas con su champancito y todo me pregunto si valió la pena.

Vale, ya se que ahora me dirá javi que esto no es original y que ya se lo ha preguntado él en otras cien ocasiones o marieta se quejará de que os pongo deberes como si se tratara de la sección del “doctor neuronas” (;)) pero es que no consigo entender como año tras año caemos (caigo) en la misma trampa, como caemos en la vorágine consumista que en esas fechas afecta a todo y a tod@s, como aguantamos estoicamente la abusiva subida de precios aprovechando que el Duero pasa por Zamora aun habiéndonos pasado todo el año mirando de reojo los precios de las cosas más elementales, como nos gastamos hasta el oro del postizo sabiendo que pasada la “celebración” tendremos tal roto en el bolsillo que tardaremos meses en recuperar (y es que en febrero llega el extracto de la VISA).

Siempre me ha sorprendido que en Semana Santa, en ésta “mi” Zamora, todo el mundo se saluda después de la procesión con un –hasta luego hermano- para pasar el resto del año sin hablarse. ¿Será que la navidad es ese periodo del año en el que todos deberíamos saludarnos con un HASTA LUEGO “PRIMO”?.

Un saludo


13 comentarios:

javi dijo...

Porque somos unos burros y tropezamos siempre en la misma piedra !!!!!

Triceratops dijo...

juer javi ¿estabas con la maza tras la puerta?, pero si lo acabo de poner!!!!!.
Un saludo

Moli dijo...

Yo me niego, sin más. Si doy algo, tiene que tener un sentido. Como me niego en los bautizos, las comuniones, las bodas y demás parafernalias... Allá cada uno/a. Y quien me quiere, me quiere igual.

jose.etxeberria dijo...

Tenías que haberlo titulado: "Hasta luego triceratops" je je je
Yo creo que con el conocimiento que tenemos todos hoy en día sobre dieta y nutrición las comidas pantagruélicas de estas fechas tienen los días contados. Y me da la impresión de que, con esa comodidad burguesa que nos permite comprar un capricho en cualquier momento, el consumismo navideño acabará extinguiéndose. Quedará para los niños, con algún juguetito o algo así; porque hay comprender que estas fechas ya no significan nada para mucha gente...

Anónimo dijo...

Kanif,
¿Estás seguro que no confundes los verbos creer y querer?.
Si no es así, me temo que tu futuro como agorero será muy negro.
¿qué te hace pensar que el personal se volverá racional y cambiará sus hábitos consumistas y costumbristas?
Igual el rollo de la crisis tiene alguna influencia, pero no creas que irá siempre en el sentido de limitar los gastos. Quizá bajará el presupuesto para regalitos (más baratos, pero los habrá), pero verás como se compra más lotería con el rollo de la crisis, y como se iluminarán más las ciudades para fomentar las compras.....
¿Nos jugamos un regalito o un cenorro pantagruelico?

jose.etxeberria dijo...

Según cómo de largo me lo fíes. La gente no es tan estúpida tanto tiempo. Yo es que quiero creer en la gente...
¿Cenar mucho me sienta fatal... qué tal una tarde de pintxos por Donosti?

Anónimo dijo...

Las Navidades son las fiestas del :" Total....!Qué más da!, un día es un día ".
Y qué bonito! ese sudor frío al ver las facturas!!qué maravillosa sensación de bancarrota, de ruina, de deuda impagada!

"Ama, me prometiste"..."Sonia ya sabes que si no es de oro me da alergia", "Sonia ya sabes que tengo alergia a los langostinos si no son frescos", "ama el juego que me gusta es el último que ha salido,no te confundas", "yo querida hermana ya sabes que con un champancito y un buen besugo y nada más" etc, etc, etc

!Qué deliciosa sensación al ver que te has gastado más que el año pasado y le sigue saliendo la figurita del roscón a tu cuñada que te la pasea por la nariz y te dice:" Mira..me volvió a tocar y trae buena suerte!"

Lo que más detesto es que la lotería siempre les cae a los de los pueblos. ¿pero si no sabrán ni qué hacer ni cómo gastárselo?

Si es que......

MiKeL dijo...

Buscaremos excusas idiotas como "es que a los niños les hace ilusión" pero regalaremos cosas, y de soslayo algunas nos caerán. Tenemos engañados a los infantes con seres mágicos que les traen juguetes en sacos de carboneros borrachuzos, en trineos con barbudos tripones y renos con nombres bastante gays o tres reyes que hasta tienen uno de color como Obama, pero sólo aquí porque en África los misioneros los pintan a los tres blancos. Los hacemos vivir bajo una mentira durante 6, 7 u 8 años, creamos falsas expectativas, chantajeamos a diestro y siniestro con veladas amenazas, y todo ello para hablar de ilusión, de bombillitas de colores, de comilonas, dispendios, papeles de regalo, sinsorgadas bien envueltas y aderezado de mucho Ramón García, unas cuantas galas de esas para recolectar pasta para los enfermos terminales de "sinergia macramental" (es que a mi me suena a enfermedad, lo siento), y demás parafernalia vomitiva.

Como buen cascarrabias que soy, a mí estas fiestas (puaj!), me resultan insufribles, me parecen el colmo de la hipocresia y una especie de declaración al mundo de "qué majos somos, cómo nos queremos y cuántas cosas nos regalamos", mientras el planeta se va al garete por nuestra codicia. A mí, al antimilitarista convencido y paciflores de libro, me encantó la imagen de la película de Alex de la Iglesia donde Santiago Segura en su papel magistral de satánico (y de Carabanchel), se lía a tiros delante de ciertos grandes almacenes y organiza la de San Quíntin con los Reyes de pega. Vale, ya sé que no es políticamente correcto y que yo nunca lo haría, pero si pudiese borrar estas fiestas (puaj!) del calendario, las borraba. Y claro, miles de infantes se quedarían sin la ilusión, miles de padres y madres no podrían llevar a cabo el chantaje, perdón, se desilusionarían por no poder los regalos bajo el árbol, en el calcetín o debajo de la Playstation, pero ya está bien. Si queremos un mundo de verdad donde la gente tome conciencia de la realidad y sea crítico con ella, estas fiestas (puaj!) mentirosas sólo anestesian durante un tiempo a la gente con purpurina, espumillón, belenes estúpidos con o sin caganet y miles de sinsorgadas al uso. Hay chavales de 6 años que darían ciento y raya a sus progenitores buscando información en la red, haciendo sus deberes y siendo responsables cuando se les pide con cortesía, pero los mantenemos engañados, educamos en el consumismo más abyecto por mor de... no tengo claro qué.

Somos defekagarriak, benetan. Y damos mucho asco.

sonia dijo...

Y se enciende en un momento un recuerdo de cuando eramos peques, como un recuerdo de cerillera, un pequeño sueño, un deseo y por un instante, pensamos que es posible a pesar de nuestro asco consumista, a pesar de nuestra esquizofrénica navidad, por un momento pensamos, que es posible, aunque sea un solo durante un segundo, pensamos que todo aquello es especialmente bonito.
Y en ese instante nos sentimos a la vez mal, mal, muy mal.

Egunon Bizkaia, los jovenes magrebís siguen aspirando cola.

javi dijo...

Aita, aita !!!, ¡¡ menudo chollo tenemos con el niño Jesus, cuando nace nos dan fiesta en ikastola y también cuando muere.
Eso me decía de niña, mi hija la trikitilari.
Y es verdad.
Tomamos la Navidad siempre, por lo menos de unos años atrás, desde el punto de vista consumista, el motivo religioso se limita al pesebre como adorno.
La culpa, ..... ???
La Navidad es infancia para ilusionar, jueventud para golfear, paternidad para disfrutar de los hijos, madurez para ir al Senegar, ................ y luego todo juntito.
Aquellas pistolas, las plumas de jefe indio, por aquel entonces, bicicleta tenían los privilegiados, el balón de Zarra, la hucha en forma de copa del Athletic, los calcetines,
........
La copa de coñac Fundador, que luego te enteras que se la pimplaba el aita.
Las angulas, coliflor y caracoles.
Y el nacimiento, musgo, el rio, el castillo, La Anunciata, los pastorcitos, los cerditos, la lavandera, los Reyes, el belen, y ..... el copon de la baraja.
¡¡ quiero ser niño !!!

Triceratops dijo...

En plena línea de flotación que me habéis dado los dos (sonia y javi), recuerdos de la infancia. ¡Que tiempos aquellos! mi única preocupación era llegar a tiempo al partidillo de futbol, mirar de reojo a la niña que me gustaba, "limpiarle" el bollicao a mi compa de pupitre (entonces el bollicao era un lujo) y escribir la carta a los Reyes Magos que aunque ya sabía uno que eran los padres, disimulaba para aprovechar la ilusión que les hacia a ellos y además como venganza por las amenazas y coacciones sufridas en años anteriores.
Oye javi ¿tú también hacías el río del Belén con albal?.

Un saludo

Anónimo dijo...

Pues no seré yo quien alabe la obligada felicidad y concordia en éstas y otras fiestas. Claro que hay mucha hipocresía y que me repatean los compromisos y sobre todo el consumismo feroz. Pero es algo que aunque en navidades se concentra, no deja de estar presente en muchas otras situaciones: bodas, comuniones, cumpleaños, día de la madre, del padre y del primo segundo, de los enamorados… y así hasta que haya que ampliar el calendario a 400 días porque ya no quepan tantas celebraciones señaladas.
Pero no todo es negro o blanco (como Obama, mismamente) y si como dice Sonia nos vamos a cuando éramos peques, recordaremos muy buenos momentos que al menos a mí no me han supuesto ningún trauma posterior. Además, las fiestas ahí están y es prácticamente imposible evitar caer en alguna de las celebraciones y pasar de todo, sobre todo si se tienen criaturas (o suegros o padres empeñados en reunir a la familia). Me parece más realista que en vez de cagarnos en todo, pero que luego caigamos de cuatro patas en la trampa, intentemos limitar los excesos y quitar la ñoñería que suele acompañar a las ilusiones que se crean en los niños, o en los menos niños, pero sin renunciar a ellas.
Los deseos y los sueños ahí están, no me parece mal aprovechar los momentos que se pongan a tiro para alejarse un poco de la realidad, aunque por supuesto sin perderla de vista, que el año tiene 365 días y ningún rey mago evitará el coscorrón que nos daremos si se nos va el santo al cielo.
No me olvido que hay gente que no tienen ni para comer durante todo el año, pero ese es otro tema de actualidad cotidiana, aunque en momentos de despilfarro resulten más evidentes que nunca el contraste y la desigualdad.

javi dijo...

Para aliviar la crisis aqui va mi regalo de Navidad.


http://oficinavirtual.mityc.es/carburantes/index.aspx